
Un día, mientras Atenea estaba en un banquete, en el que interpretaba a la perfección el aulós, Hera y Afrodita se burlaban de ella a causa de sus mejillas hinchadas por el aire. Atenea se hartó y se escondió en un bosque de Frigia, tocó el aulós y miró su imagen reflejada en el agua de un río. Mientras soplaba el aulós, sus mejillas comenzaron a hincharse y su rostro comenzó a congestionarse. Luego arrojó el aulós y lanzó una maldición sobre cualquiera que lo recogiera.
Concurso entre Apolo y Marsias.
El aulós fue recuperado por el sátiro Marsias. Se trabó con el aulós y ni siquiera tuvo tiempo de llevarlo a sus labios, recordando la música de Atenea el aulós empezó a tocar solo. Viajó a Frigia después de Cibeles, deleitando a los agricultores que dijeron que el propio Apolo no lo podía hacer mejor con su lira. Marsias retó a Apolo a un concurso de música con las Musas y Midas de jurado. El ganador tendría derecho a infligir la pena de su elección al perdedor. Ambos tocaron de forma tan perfecta que las Musas no pudieron decretar un vencedor, entonces Apolo retó al sátiro a tocar su instrumento cabeza abajo. Apolo cantaba acompañándose de la lira y exigió a Marsias que hiciera lo mismo. Evidentemente Marsias no podía tocar el aulós y cantar al mismo tiempo y las Musas declararon ganador a Apolo.Después de derrotar a Marsias se vengó de él, por haber osado retar a un dios, suspendiéndole de un pino y despellejándolo vivo.

